Nostalgia: la última obsesión ‘fashion’
«Únicamente los que no tienen memoria insisten en que son originales», decía Coco Chanel. Y puede que, como en tantas otras cosas, la genial diseñadora francesa diera con la tecla de la modernidad: el recuerdo. Porque en las últimas temporadas hemos asistido a un revisionismo febril del pasado sobre las pasarelas. Solo para esta primavera-verano, tenemos los 60 de Moschino y Gucci, los 70 de Saint Laurent o Rodarte, los 80 de Ghesquière en Louis Vuitton y los 90 del omnipresente vestido lencero. Si hace un año las páginas de las revistas rezumaban ‘neopunk’, hace dos rebosaban ‘neogrunge’ y uno antes estaban atestadas de ‘neopop’. La nostalgia está a un paso de convertirse en obsesión para los diseñadores, mucho más que en cualquier otra época que se recuerde, y el mercado de ropa ‘vintage‘ ha vivido en los últimos cinco años un auge sin precedentes. Pero ¿cuál es la razón? ¿Se han perdido la creatividad y la capacidad de sorpresa? ¿Todo está ya inventado? ¿Tenemos miedo al futuro y nos refugiamos en un pasado ideal? Hemos reunido a seis expertos de distintos campos para trazar otras tantas teorías que den respuesta a estas preguntas.
Ya hemos rozado la perfección
Lorenzo Caprile – Modista y autor de libros sobre moda
«Nuestra profesión ha dado de sí todo lo que tenía que dar. Después de un Balenciaga, un Yves Saint Laurent o un John Galliano más recientemente…, ¿qué más vas a hacer? Han rozado la perfección. Al final un ser humano tiene dos brazos, dos piernas y una cabeza: los elementos son los que son. Ahora toca reinventar la reinvención. Y lo estamos viviendo en otras disciplinas: el cine, la música, la literatura… Son todas expresiones del siglo XX que han llegado a su cénit. Es el momento de internet, de los videojuegos y las aplicaciones, donde está todo por descubrir. O de la cocina».
La ‘culpa’ es de la educación
Frédéric Godart – Sociólogo de Moda y profesor de la escuela de negocios Insead de París
«En las escuelas de moda se enseña a mirar al pasado. Hice un curso en Italia y la profesora nos pedía, por ejemplo, algo en lo que usáramos cuero y una inspiración romana. Y luego decía: ‘Quiero que vayáis a los archivos y veáis los estilos’. Así que los alumnos encuentran imágenes del pasado, otros diseñadores que hicieron cosas parecidas… Y no necesariamente imitan, pero sí se inspiran. Se les entrena para ello. En otros tiempos ese proceso no era tan obvio. Hace 60 o 70 años, los diseñadores estaban instruidos para tomar su inspiración de otras formas de arte, por ejemplo. Pero la industria de la moda ha llegado a un punto en el que parece que todo está hecho. ¿Es porque falta creatividad o porque ya no queda nada nuevo que inventar? Resulta difícil de decir. Pero es una corriente profunda en todas las industrias creativas. Sucede en la música y el cine: se revisitan los mismos géneros, los mismos estilos… También está relacionado con el auge del ‘vintage'».
El pasado es más original
Kaká Gouvea – Directora de Producción del Lost & Found Market (Madrid y Barcelona)
«Los compradores de ropa ‘vintage’ buscan la originalidad. Vivimos en un momento de mucho consumismo y de ‘fast fashion’. Así que la gente quiere recuperar esos productos y objetos que pertenecen al pasado y que tienen un punto diferente respecto a lo que encuentras en las grandes cadenas. También importa el consumo consciente: eso de reciclar y recuperar algo que ahora puede tener una nueva vida. Yo lo vinculo con una búsqueda de la calidad, en contra de la velocidad con la que se produce hoy en día. No solo es una nostalgia estética, sino también de cómo se hacían las cosas antes. Y por último está el componente cultural: los universos ‘vintage’ y retro están muy asociados a la música, al cine, a la cultura…».
Son décadas inacabadas
Sandra Domínguez – Responsable de Mujer de Santa Eulalia
«Los 60, los 70 y los 80 fueron épocas de tal estallido creativo que muchas ideas no llegaron a explorarse hasta sus últimas consecuencias, y ahora son fuentes de inspiración sin agotar. Hay que tener en cuenta también el enorme avance tecnológico que ha permitido la aparición de nuevos tejidos, colores y técnicas de estampación… De todas formas, la moda es muchas veces cuestión de milimétricas variaciones, como demostró Christian Dior, y por ello es posible reinterpretar tendencias pasadas con pequeños cambios en el ‘fitting’ que las ubique en el siglo XXI. Un perfecto ejemplo es el trabajo de Hedi Slimane para Saint Laurent. Creo igualmente que es importante presentar novedades, aunque resulta difícil encontrar algún diseñador (Phoebe Philo o Nicolas Ghesquière aparte) que presente piezas radicalmente nuevas. En cualquier caso, la manera en que las clientas llegan a la novedad es a través de un trabajo de estilismo. Al final, lo importante es guiarlas para que puedan hacer suyo un vestido y verse en él a través de la forma de llevarlo».
En las crisis vuelve la tradición
Juan Gutiérrez – Responsable de Moda Contemporánea del Museo del Traje
«El consumo de novedades no puede ser infinito. En los 60, el momento de modernidad a ultranza, el espíritu de la época llamaba a consumir vanguardia: Courrèges, por ejemplo. Pero en cuanto hay crisis, se satura. En un mundo en el que parece que las tradiciones se han evaporado, la gente quiere tener un referente anclado en la historia. De ahí tanta nostalgia. En la Historia ya ha habido momentos como este. Tras la II Guerra Mundial llegó el New Look…, un nombre muy bonito, pero estaba basado en las líneas princesa del siglo XIX. Y también era una época difícil. Nosotros no hemos tenido una guerra, pero sí una crisis. En los 70, que fueron un momento de cambio, Yves Saint Laurent dijo: ‘Os voy a dar nostalgia de la que duele’, y retomó la moda de los años 40, lo que fue muy polémico. Era un ‘revival’ de la época de la guerra y reavivó un recuerdo que no se quería aún. A partir de ahí todos empezaron a acudir a décadas anteriores. Ahora no es que vuelvan los 80, es que lo han hecho los 90, y el principio del siglo XXI está a punto. Ya parece que va a volver el año pasado. Acabaremos con una especie de libertad absoluta en la que no se podrá decir qué está de moda y qué no».
Es fruto de los estudios de mercado
Víctor Molero – Profesor de Márketing en la Facultad de Economía de la Universidad Complutense
«La moda ajusta su oferta a las tendencias de los mercados. Primero se investigan los segmentos, que tienen unos gustos determinados, y después se buscan soluciones que sintonicen con esas preferencias. Ya no hay un diseñador que tenga una idea, la plasme, la venda y resulte que tiene éxito. Como tampoco pasa en el cine o en el periodismo. Es todo al revés. El creador antes estaba guiado solo por la inspiración. Ahora, probablemente también, pero con una notabilísima influencia de los estudios de mercado. Además de que, si haces una moda práctica, es probable que las opciones de diseño que te queden sean muy limitadas».
Fuente: www.eltiempo.com